Las armas de la Edad Media Durante casi toda la Edad Media, la tecnología de las armas no se diferenció mucho de la utilizada en el mundo antiguo, conservándose variaciones del garrote, el cuchillo, la lanza, el hacha y las flechas. Una novedad importante fue la utilización de la lanza por parte de la caballería pesada. Los caballeros de la Edad Media eran mucho más potentes que cualquier caballería de la antigüedad. Su equivalente más próximo podría haber sido la caballería de Alejandro Magno. En el siglo X, Europa había sobrepasado al mundo antiguo en casi todos los campos, incluyendo el de las armas. La evolución de los poderosos jinetes dio como resultado innovaciones destinadas a protegerse de este tipo de guerreros. Esto provocó la invención de armas largas que tenían como objetivo desmontar o enganchar a los jinetes. Los arcos de largo alcance y las ballestas fueron invenciones occidentales, aunque la ballesta ya era conocida en la antigua China. La tecnología revolucionaria de la Edad Media fue el desarrollo de las armas de fuego, es decir de los cañones y de las pistolas, de las que trataremos más adelante.